P&SReseñas crónicas


Crónica de la conferencia de Judith Butler en CCCB, Barcelona 7 abril 2010.

 

 

 

Vidas que importan

Susana Montesinos Amados

"Certes, j'aurais voulu vivre, mais ce que je souhai de tout
mon coeur, c'est que ma mort serve à quelque chose”
Guy Môquet

Estos días, después de asistir a la conferencia de Judith Butler, el pasado 7 de abril en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), volví a retomar la lectura de C artas de republicanos galegos condenados a morte (1936-1948) , allí leí este fragmento de la carta de Guy Môquet, la citaba Alonso Montero en la introducción. Esa lectura, las palabras del estudiante condenado a muerte con tan solo 17 años de vida y un sueño que tuve con una jauría de perros rabiosos estas úlimas noches- con lo cual cuando pienso en “marcos de guerra” lo asocio con “perros de guerra”- todo eso tiene algo que ver con lo que viene a continuación.

¿Qué es lo que hace que unas vidas importen más que otras, que sintamos horror, repugnancia, rechazo o indeferencia ante la pérdida de unas vidas? ¿de qué manera importan y cuáles son los mecanismos que regulan esas disposiciones afectivas? ¿por qué unas vidas son dignas de ser lloradas, y otras no? Estas son algunas de las preguntas que plantea Judith Butler en "Marcos de Guerra", cinco ensayos que surgieron, según la propia autora, como una reacción a las guerras contemporáneas, centra su atención en lo que ella llama "marcos", en el contexto de la fotografía bélica, como por ejemplo las fotos de Abu Ghraib o las de Guantánamo. Hace hincapié en los esfuerzos por controlar la narratividad de la guerra, y considera que las guerras recientes que han iniciado los EEUU han modelado nuestra percepción sobre qué es una vida, o sobre qué vidas son valiosas y cuáles no. Esto me hizo pensar en Antígona, tal vez porque allí también hay un duelo, y un amor ilegítimo o incestuoso. De hecho ya le dedicó un ensayo “El grito de Antígona”. Y a pesar de que allí utiliza a este personaje femenino de la tragedia de Sófocles como una alegoría de la crisis del parentesco, también aparecen perfiladas algunas preguntas que se repetirán en su último trabajo, como por ejemplo éstos:

¿qué hubiera sido el psicoanális si hubiese tomado como punto de partida Antígona en lugar de Edipo? ¿qué acuerdos sociales pueden ser reconocidos como amor legítimo, y qué perdidas humanas pueden ser explícitamente lloradas como pérdidas reales y consecuenciales? Antígona rechaza obedecer cualquier ley que no reconozca púlicamente su pérdida, y de esta forma dibuja esa situación que tan bien conocemos donde existen pérdidas- por ejemplo, a causa del SIDA- que no pueden llorarse públicamente. ¿A qué clase de muerte en vida han sido condenadas esas personas?

Da la funesta casualidad que mientras escribo estas líneas, en la televisión no dejan de sucederse las imágenes de duelo en Polonia, con las banderas a media asta de las instituciones, por el avión siniestrado en Rusia y que ha causado la muerte del presidente de Polonia, de altos cargos militares y de diputados del parlamento, más de cien personas, dicen las últimas noticias.

Y volviendo al texto de Butler, uno de los conceptos clave es el marco que hace referencia a la forma y al contenido, y sabemos que lo uno afecta a lo otro. La violencia es escrita y también enmarcada, y el marco presenta y participa de manera selectiva la representación de la realidad, cuando se rechazan o descartan algunas realidades, algunas vidas, algunos pueblos, entonces los marcos augmentan la destrucción de la guerra, esta es una de las tesis que defiende la autora.

Por un lado, la palabra marco, en inglés "frame", hace referencia a la cuestión puramente física, es decir la pieza que rodea, ciñe o guarnece, de manera que un cuadro o una fotografía pueden estar enmarcadas- o no, como es caso de las fotografías de Català Roca que se negaba a ello aludiendo que poner un marco era encerrar las fotografías- y por otro lado, "to frame" en inglés significa, y ahí está el meollo de la cuestión, amañar, preparar fraudulentamente, especialmente las pruebas para incriminar a un inocente. Y es por eso que Butler habla de los marcos de la guerra como algo que forma parte de lo que constituye la materialidad de la guerra, y que está al servicio de la maquinaria bélica. Es conocida la utilización de cámaras no solo para la grabación de escenas de torturas, sino también en los bombardeos, lo cual demuestra que las representaciones mediáticas se han convertido en modos de conducta militar.

En la portada del libro aparece una fotografía de unos presos arrodillados y esposados, mientras esas fotografías de Abu Ghraib daban la vuelta al mundo, EEUU continuaba afirmando que se estaba restableciendo la democracia en Irak. Es suficiente con que el marco se revele como un engaño? Probablemente, no. A pesar de que Butler señala que la producción de nuevos marcos por parte de los medios de comunicación alternativos es de vital importancia, sin embargo, afirma que si todo se acabara ahí, perderíamos una dimensión crítica del proyecto si nos limitáramos a esta visión.

Pero qué hacemos cuando miramos la guerra, pregunta que Butler lanzó al auditorio apenas comenzado su discurso. Cabe destacar que este último trabajo está íntimamente relacionado con otro ensayo de esta pensadora "Vidas precarias". Allí desarrolla el concepto de precariedad, “Solo unas condiciones en las que pueda tener importancia la pérdida aparece el valor de la vida”, es decir, toda vida requiere finitud.

Si en sus primeros trabajos reflexionaba sobre los mecanismos de construcción del género, poniéndo énfasis en las palabras y sus efetos performativos, en este último libro reflexiona sobre los mecanismos que hacen que consideremos unas vidas dignas de ser vividas y de ser lloradas, y de "ser" vidas, y para ello desplaza su atención hacía la imagen, y utiliza algunas reflexiones de Roland Barthes en “La Cámara lúcida” com por ejemplo, la relación entre muerte, duelo y fotografía, y que retoma Susan Sontag. Pero Butler dirige sus críticas a las guerras recientes que los EEUU han iniciado. Y en este punto no dejo de recordar a otro gran intelectual y pensador que, ya en 1978 con "Orientalismo" desmontó y reflexionó sobre los mecanismos de construcción del "Otro" que han forjado el pensamiento occidental desde finales del siglo XVIII. Todo esto acompañado de un desprecio hacia los disidentes y "lo otros" sean esos otros Oriente Próximo, el islam, o los árabes, como si se tratara de blindarse contra la alteridad. Contra esto Edward Said decía lo siguiente: “el humanismo es la única forma de resistencia- me atrevería a decir que la definitiva- que tenemos contra las prácticas inhumanas y las injusticias que desfiguran la historia". Unas palabras que estoy segura que J. Butler suscribiría.

Además de una gran pensadora, es una gran oradora, y verla en acción me sirvió, no sólo para volver a releer sus obras, sino también para reconciliarme un poco con sus textos, puesto, por una parte constato que me interesan sus ideas, pero por otra parte también son textos "difíciles" o cuanto menos llenos de referencias filosóficas, en un lenguaje a veces muy barroco, aunque tal vez la experiencia de otras lecturas de ese tipo, como por ejemplo, las de los seminarios de Lacan, hace que me enfrente de otra manera a esos textos, es decir, leer de una forma un poco menos neurótica, por decirlo así, con esto me refiero a que una renuncia a tenerlo todo atado de cabo a rabo desde el principio.

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Susana Montesinos Amado, licenciada en Filologia Catalana por la Universidad de Barcelona. Actualmente cursa Teoría de la Literatura y Literatura Comparado, también el UB. Participó también en seminarios de la ACCEP. Es actualmente Fotografa amateur.

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